Si tu equipo no crece contigo, estás liderando de manera deficiente

Una de las señales más claras de un liderazgo sano es el crecimiento del equipo. No hablo solo de métricas o productividad, sino de desarrollo humano y profesional: nuevas habilidades, mayor autonomía, pensamiento crítico y, sobre todo, confianza.

Si eres líder y después de un año tus colaboradores siguen dependiendo de ti para todo, algo no está funcionando.

Un liderazgo efectivo no busca protagonismo, sino empoderamiento. No controla cada paso, sino que guía, inspira y deja espacio para que otros florezcan.

El verdadero liderazgo se refleja en la capacidad de formar líderes, no seguidores.

Así que si notas que tu equipo no evoluciona, si las personas no asumen nuevos desafíos o si tú sigues siendo el único motor del progreso… es hora de cuestionar tu forma de liderar.

🔍 Pregúntate:

  • ¿Estoy dando el ejemplo?

  • ¿Estoy compartiendo el conocimiento?

  • ¿Estoy delegando o acaparando?

  • ¿Estoy ayudando a que mi equipo sea mejor sin mí?

Porque liderar no es tener todas las respuestas. Es crear un entorno donde todos puedan encontrarlas.

👉 ¿Y tú, estás haciendo crecer a tu equipo o solo estás ocupando el puesto de liderazgo?

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