Tienes derecho a crecer, pero también a saber la verdad

Llevo tiempo observando un patrón incómodo en muchas organizaciones: el ascenso eterno en modo “prueba”. Ese en el que te dicen “estás en proceso de evaluación”, “estamos viendo tu desempeño” o “pronto habrá novedades”, y meses después sigues en la misma. Sin retroalimentación clara. Sin metas definidas. Sin respuesta.

La verdad incómoda es esta: si te tienen en “prueba” por demasiado tiempo, no es porque estés cerca del ascenso. Es porque no convences del todo. Y quien debe decidir, aún no encuentra el valor —o la honestidad— para decirte que no eres la persona que buscan.

Esto no es sobre tu esfuerzo. Seguro trabajas duro. Seguro cumples. Pero hay algo que no termina de encajar: tal vez tu estilo, tu visión, tu forma de liderar o simplemento no generas el impacto que esperan. Y en vez de decirlo, te mantienen en una zona gris, ganando tiempo mientras buscan a alguien que sí los entusiasme.

¿Suena duro? Sí. Pero más duro es vivir años esperando un reconocimiento que nunca llega, mientras tu carrera se estanca y tu autoestima depende de una aprobación que no está por venir.

Es como en el amor. Si tu pareja duda si contigo o sin ti, en realidad ya eligió: no estás en su plan a largo plazo. Estás en modo “por si acaso”. Y mientras sigas ahí, no avanzas. No te permites cerrar capítulos ni abrir otros mejores.

En el trabajo pasa lo mismo. Si no te dan una respuesta clara, es porque no hay compromiso. Y ahí no hay crecimiento real. Sólo ilusiones mal administradas.

Las organizaciones deberían tener el coraje de ser honestas. Y los profesionales, el coraje de preguntar sin miedo: ¿esto va a suceder o no? Porque si no, es momento de seguir adelante. No por resentimiento, sino por respeto a ti mismo.

El peor error no es no ascender. Es quedarte demasiado tiempo en un lugar que no te ve como líder, mientras tú sigues fingiendo que sí.

La lealtad no debe ser unilateral. Y el crecimiento no puede depender de esperar una oportunidad que otros no tienen el valor de negarte.

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