
¿Eres también de esas personas que coleccionan cursos y no los terminan?
Vivimos en la era del conocimiento a demanda. Cursos por todos lados, precios accesibles, descuentos irresistibles, contenido en video, descargable, certificado, etc.
Y aun así, la gran mayoría de las personas ni siquiera llega a la mitad del curso que compró.
Pero eso sí: compramos otro.
Y luego otro.
Y decimos que estamos formándonos.
La pregunta incómoda es:
¿Te estás formando, o sólo estás calmando la ansiedad de “sentirte productivo”?
Coleccionar cursos sin terminar es como inscribirte a 10 gimnasios y no ir a ninguno. El problema no es la falta de recursos. Es la falta de enfoque, compromiso y acción.
¿Y sabes qué es lo peor? Que en muchos casos, no necesitas terminar el curso. Bastaría con tomar lo justo y ponerlo en práctica. Pero ni eso hacemos.
Porque muchas veces estudiar se vuelve una excusa elegante para no ejecutar.
Para no fallar.
Para no exponernos.
Para no darnos cuenta de que sabemos menos de lo que creemos.
A mí también me pasó. Compré cursos que no terminé. Pero cuando empecé a ejecutar con lo poco que sabía, mis ingresos cambiaron. Hoy vivo de vender cursos en Udemy, pero si hubiera esperado a “saber todo”, todavía estaría tomando el curso 57.
Deja de acumular conocimiento por deporte.
Toma acción. Equivócate. Crea algo con lo que ya sabes.
Ahí es donde ocurre el verdadero aprendizaje.
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