Evitemos depender de nombres propios en el desarrollo de software

En muchos equipos de desarrollo, especialmente en entornos donde el crecimiento ha sido rápido o el liderazgo técnico ha recaído en pocas manos, es común encontrarse con una trampa silenciosa pero peligrosa: la dependencia de nombres propios.

“Este módulo solo lo entiende Juan.”
“Ese microservicio lo hizo Laura, mejor pregúntale a ella.”
“Sin Andrés no podemos hacer ese deploy.”

Cuando escuchamos frases como estas, lo que en realidad estamos revelando es una falta de procesos, documentación y cultura de equipo sostenible. Aunque contar con personas talentosas y comprometidas es clave para el éxito, ningún sistema debería depender únicamente del conocimiento de una sola persona.

¿Qué riesgos trae esta dependencia?

  • Cuellos de botella: Si alguien no está disponible, todo se detiene.

  • Onboarding lento: Nuevas incorporaciones dependen de “quien lo hizo”.

  • Sobrecarga de ciertos roles: Algunos miembros del equipo nunca pueden desconectarse del todo.

  • Fragilidad a largo plazo: Un sistema sano debe poder evolucionar sin depender de héroes.

¿Qué podemos hacer como equipo?

  • Documentar de forma continua. No se trata de escribir manuales eternos, sino de registrar decisiones, flujos clave y cómo se estructura el sistema.

  • Fomentar la rotación de tareas. Que distintos miembros trabajen en diferentes partes del sistema reduce la concentración de conocimiento.

  • Revisiones cruzadas. Todo código debería ser revisado por al menos otra persona.

  • Diseño claro y predecible. Un buen diseño hace que el sistema “hable por sí solo”, reduciendo la necesidad de explicaciones orales.

  • Mentoría y cultura de transferencia. Si sabes algo, enséñalo. Si aprendes algo, compártelo.

El objetivo: construir equipos resilientes

El verdadero profesional no es el que se vuelve imprescindible, sino el que hace que el equipo pueda seguir adelante incluso en su ausencia.

La independencia técnica y la colaboración no son opuestas: son dos caras de la madurez en ingeniería de software. Trabajemos por sistemas sostenibles, donde las personas brillen, pero los procesos no colapsen si una deja de estar.

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