
Me dijeron por ahí que la marca del auto que me compre determina mi personalidad. Jajaja, qué tontería más grande
Una vez alguien me dijo literal: deberías comprarte un auto para darte más estatus, incluso deberías comprarte un teléfono más caro, un iPhone, porque eso te permite estar al nivel de la gente exitosa. Supieran que aún sigo usando mis calzoncillos de la suerte. Jajaja.
Da miedo ver tanto mito absurdo que hay dando vueltas en el mercado profesional. Que si no te vas de vacaciones al extranjero no disfrutas la vida, que si no celebras tu cumpleaños en un salón de eventos no la pasarás bien, que si no te casas con lista de invitados no te irá bien. Y la lista sigue con tonteras que parecen sacadas de un manual de autoayuda barato.
Lo más triste es que muchos caen en estos cuentos, pensando que la felicidad o el éxito dependen de apariencias o cosas materiales. En realidad, lo que construye tu valor no es el auto, ni el celular, ni el tipo de fiesta, sino lo que haces con tu tiempo, tu ética y tus decisiones reales.
La próxima vez que alguien te diga que necesitas un objeto para demostrar quién eres, ríete y recuerda que la verdadera personalidad no se vende en tiendas ni depende del modelo que conduces.
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