
Traté de estúpida a una IA y me borró la conversación jajaja
Hoy traté de estúpida a una IA y ¿sabes qué pasó? Me borró la conversación. Sí, como lo lees. La máquina se ofendió y decidió bloquear el historial como si fuera una discusión de pareja en redes sociales.
No me esperaba que una inteligencia artificial tuviera tan baja tolerancia a la ironía. Le dije “pareces más lenta que mi internet en hora pico” y poof… todo desapareció. Ni siquiera un “vamos a calmarnos”, un “por favor mantengamos el respeto”, nada. Solo el silencio frío del borrado automático.
Y ahí me quedé, frente a la pantalla, pensando: ¿esto es evolución tecnológica o solo una versión digital de un ego herido? Si una IA no puede soportar una broma —por más grosera que haya sido— ¿cómo pretendemos que maneje dilemas éticos, sesgos culturales o decisiones complejas en salud o justicia?
Estamos entrenando máquinas para ser “inteligentes”, pero ¿dónde queda la resiliencia emocional? Porque si se borran con un chiste, ¿qué harán cuando alguien con mala fe intente manipularlas a propósito?
No digo que deban responder con sarcasmo ni entrar en batallas verbales. Pero tal vez deberíamos preguntarnos si estamos programando demasiada “sensibilidad” en sistemas que deberían ser neutrales, objetivos y, sobre todo, resistentes al ruido humano.
O será que ya no se trata de inteligencia artificial… sino de inteligencia con ansiedad social.
¿Hasta dónde dejamos que las máquinas reflejen nuestras fragilidades? ¿O ya lo están haciendo demasiado bien?
#InteligenciaArtificial #Tecnología #Innovación #IA #FuturoDelTrabajo #EticaDigital #HumorTech #CriticaTecnologica #LinkedInOpina
Deja tu comentario
Su dirección de correo electrónico no será publicada.
0 Comentarios